JUANCHO
o el nacimiento de Ze
Obra de marionetas realizada
nº p. 1350/2000 Registro de la propiedad intelectual
Texto de: Arsenio Mayo.
Aventuras
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Estrenada el 26 de Junio de 1.998
  "QUIEN HA SIDO EL GRACIOSO"
"QUE VA UNA DE AVENTURAS"
"LA LLEGADA A LA POSADA"
"LA ESPADA"
"YA VOY"
"TRACA QUE TRACA TRAS LA PETACA"
"ZE SE LEVANTA."
"ZE CAMINA"
"ESTO NO ES ASI"
"TO PA LANTE"
"VOCECITAS A MÍ, NO TE DIGO"
"ANDA MIRA, EL CASTILLO"
"LA PROMESA"
"¿QUIEN SOY?"
"ESCONDIENDO EL LIBRO"
"ZE – 1, MAGO – 0 "
"TOMA DE TU MEDICINA"
"ESLITBAIS"

  Construcción marionetas: Mº Teresa Gonzalez,
                      Madre Forma.
Marionetistas: Arsenio Mayo, Manuel Dueñas.
Sastrería: Antonia Mateos.
Colaboración especial: Cala, Mº Jose Mayo.
Escenfrafía: V.W.W.


Este guión ya está realizado, pero... siempre se puede dar la opinión, cualquiera que sea, lo que hayas pensado cuando lo estabas leyendo o viendo.

Cualquier cosa que podáis decirnos será seguro de gran ayuda, aunque ya está hecho, siempre se puede aprender de los errores, y seguro que los hay.
 




   

"QUIEN HA SIDO EL GRACIOSO"

ESCENA I


Pepe: Estoy harto de tanta tontería, que si este arbolito aquí, que si este arbolito acá, que si hay que colgar el sol mas a la derecha, no no no, un poquito mas a la izquierda. Estos artistas y directores de poca monta, ya les daría yo, ya.
Navarro: Sí... ¡ Me caguen! (se da cuenta que esta abierto el telón.)
Pepe: ¡Tu! sujeta la escalera que me la pego.
Navarro: ¡Pepe!.
Pepe: ¿Qué Navarro?
Navarro: Creo que estamos haciendo el ridículo.
Pepe: ¿Tú crees? ¡Me caguen! Quién demonios ha subido el telón?
Navarro: ¿Has colocado ya el sol?
Pepe: Sí.
Navarro: Creo que deberíamos irnos, ¿no crees?
Pepe: Sí, je je... (ya entre bambalinas)
Navarro: Pepe
Pepe: ¿Qué Navarro?
Navarro: La escalera está en el escenario.
Pepe: ¡ Me caguen! vete tu.
Navarro: No, no, vete tu.
Pepe: Y si corremos el telón y volvemos a empezar.
Navarro: Venga.
Pepe: Repetimos.
Duende: ¡Borricos!

 
   

"QUE VA UNA DE AVENTURAS"

ESCENA II


Duende: Tatarachin tachin, tachin chin rin, tachin. Tatarachin tachin, tachin chin rin, tachin Tatarachin tachin, tachin chin rin, tachin Taaa... ¡Oh! ¿que ven mis ojos? y me miran a mí, sí, ¿y que querrán?, ¡Oh! a lo peor es que quieren comerme con patatas al pinpín, ¡Oh! son cazadores de duendes. no sé, no sé, se lo preguntaré a ver que me dicen. Ver..., ver..., verdad que no queréis co..., co..., comerme, verdad? (público) no sé, no sé, y si les cuento una de aventuras. ¿Y si os cuento una historia de aventuras..., ¡que!? ¿eh?(público) una historia donde hay duelos, venganzas, malos, buenos, amores y odios. Venga, pues vamos allá, abrir vuestros corazones que va una de aventuras. (cambio de luces y sonidos de tormenta.)
Duende: ... Y llegó la noche, pero no una noche cualquiera, una noche tan oscura como el ópalo más negro, una noche cargada de maldad, y sonaron las trompetas del infierno y rugieron los vientos del Norte. Fue entonces cuando el suelo se abrió, comunicando las entrañas del maligno con la esfinge del Micomicón, y nació el sicario de Satán, de su propia sangre, del odio del humano nació el que se haría llamar Zenón de Ze, la encarnación de lo maldito, todo sería arrasado por el señor de las bestias Zenón de Ze. Tan sólo el sortilegio que podría derrotar al maligno se encontraba impreso en el libro del Mago Londrino, por lo que debería encaminar sus pasos hacia ese lugar. Sería lo primero que debería hacer antes de proclamarse sumo sacerdote y máximo mandatario del mundo, entonces podría dominar y someter a todo bicho viviente que tuviera su domicilio en el planeta tierra, sin importarle para nada su código postal. En la otra parte de la tierra, en un rincón cerrado por cuatro colinas se encontraba el pueblo de Mirlo Blanco, un lugar donde reinaba la paz y el amor. Todas las personas se amaban, cada una a su manera, pero siempre con todo el cariño que sólo un ser humano es capaz de dar, todos se ayudaban, no había gritos, ni insultos, todo era bondad y...
Ogro: ¡Pamplinas!
Duende: ¿Eh?
Ogro: Lo repito: ¡Pamplinas!
Duende: Vaya, el que faltaba. ¿Pero que haces tú aquí?
Ogro: Pues pasaba por aquí y oí esa sarta de Pamplinas, y me dije: me voy a acercar a decírselo, y ya ves, estoy aquí diciéndotelo: ¡Pamplinas
Duende: ¿Pero como puedes decir eso?
Ogro: Pues sencillamente, fíjate ¡Pamplinas!
Duende: No, si decir lo dices bien, pero... ¿Conoces esta historia? el duelo del Mago Londrino con el señor Zenón de Ze. La verdadera historia de Juancho.
Ogro: No
Duende: Entonces como puedes hablar de algo que no conoces basándote tan solo en un pequeño tramo de la historia?
Ogro: Duende... no sé... pero no me negaras que...
Duende: Ya, pero en esta historia hay duelos, batallas, odios, rencores, engaños... ¿quieres que siga?
Ogro: Sí, sí, sí.
Duende: (Al ogro) Sigo...
Ogro: Bueno.
Duende: Que si sigo (Al público, a lo que el respetable contesta lo que le venga en gana, y tras un silencio continua) No oigo nada, sigo o no (Un silencio donde los que quieran, se expresan, tras lo que continua el duende, digan lo que digan) En el pueblo de Mirlo Blanco todos se ayudaban, no había gritos, ni insultos, todo era bondad y...
Ogro: Eso ya lo habías dicho.
Duende: Grrrrrr...
Ogro: Bueno, sigue, prometo no hablar más, palabra de ogro malo.
Duende: Todo era bondad (con retintín) y amor en ese pueblo. Cerca de allí, en un castillo, es donde se encontraba escondido el libro mágico del Mago Londrino y el secreto del sortilegio que acabaría desterrando para siempre el mal. Ahora el señor de las bestias Zenón, anduvo sin descanso durante 7 días y 7 noches, hasta llegar a la posada, y llamo a la puerta 3 veces (lo último con tono misterioso.)

 
   

"LA LLEGADA A LA POSADA"

ESCENA III


Ze: PUN, PUN, PUN... (Un silencio en oscuro)
Posadera off: Señorito, hay alguien que llama a la puerta (voz al estilo de Gracita Morales)
Posadero off: ¿Quién es? (con acento mejicano)
Ze off: Un caminante en busca de cama y comida.
Posadero off: Vaya sombra la mía (se oye un ruido) agggg! ¿Dónde esta la luz?, en fin, quien es el que mi sueño interrumpe?
Ze: Me llaman Ze... Ze... Zeledonio.
Posadero: Vaya con el chamaco, además de inoportuno, tartaja.
Ze: No, lo que ocurre es que me duele haberme visto obligado a llamar a estas horas y haberle molestado.
Posadero: No se preocupe hombre, me tenía que levantar de todas las maneras. había alguien que estaba llamando a la puerta.
Ze: ¿Entonces puedo pasar?
Posadero: Pues claro, son mil céntimos por día, por la cama y el desayuno, si desea comida, cena u otros servicios, el precio aumenta a convenir previamente, y como comprenderá el señor... depende de lo que pida. ¿Esta de acuerdo?
Ze: Me parece bien, tome y vaya cobrándonse, cuando se acabe me avisa.
Posadero: ¡Ah! ¡vaya! no más, perdóneme la indiscreción. ¿Se va a quedar mucho tiempo señor?
Ze: Solo el tiempo necesario.
Posadero: ¿Necesario para que?
Ze: Para conseguirlo.
Posadero: ¡Ah!... ¿Quiere cena o... se va directamente?
Ze: No, quisiera descansar, pues vengo de lejos.
Posadero: Bien, no mas como quiera el señor. Venga, le acompaño.

 
   

"LA ESPADA"

ESCENA IV


Duende: (Oscuro) Y amaneció... y... ¡amaneció!... ¡¿bueno, amaneció o no?! (Se hace la luz rápidamente) y amaneció en el pueblo de Mirlo Blanco, se dejaban oír los cantos de pajaritos y lagartijas.
Ogro: ¡Eh! Que las lagartijas no cantan.
Duende: En esta historia sí.
Ogro: Bueno, no te pongas así, haberme dicho que esto era metateatro y...
Duende: Mmmmm...
Ogro: Me callo, esta vez es de verdad, de verdad de la buena.
Duende: Habíamos quedado que había amanecido y que los animalitos del campo cantaban, y cantaban todos (con retintín), estamos en un día que pasaría a la historia, Miranda, gran héroe de leyenda que lucho hombro con hombro con el rey Arturo de Cámelot, entre otros. Ya en su vejez quiso en tal día como hoy, pasarle a su hijo Juancho el testigo y su espada, con la que gano en tantas batallas y la que le serviría para defender la justicia, y la ley.
Juancho: Hola papi, ¿qué tal?
Miranda: ¡Aggy! Que cruz, en fin hoy voy a darte la espada que tantas victorias ha visto. Pero has de tener cuidado hijo, pues aunque el ardor de la venganza te ciegue, aunque el mal haga presa en tu corazón, jamás has de usarla frívolamente y sin razón, pues de este modo nunca veras la verdad, y puesto que ésta siempre está escondida, es muy difícil encontrarla con los ojos cerrados. De este modo nunca podrás verla. No utilices la espada cada vez que alguien te provoque, pues a veces se gana mas teniéndola envainada. Sigue el camino, nunca, nunca salgas de la senda, ten valor, no toques la roca de la ira o te convertirás en piedra.
Juancho: Sí padre, os haré caso.
Miranda: Bien, Pues entonces ve, y preséntate al Mago Londrino, enséñale la espada y ponte a su servicio, pues os necesitará.
Juancho: Padre, ¿Qué he de hacer?
Miranda: Si me has escuchado lo sabrás, lo sabrás.
Juancho: Padre, es que, y donde esta el mago ese, anda que sí... (el padre lo hecha a la calle)

 
   

"YA VOY"

ESCENA V


Juancho: ¡Jopé!, pues vaya, no tengo ni idea de donde podrá vivir el mago ese, y... ¿Qué hago yo ahora? y a quien se lo pregunto, no sé a quien se lo a podré preguntar, no hay nadie por aquí, ¡jopé! pues vaya (viene alguien) ahí va, oiga, ¿Podría decirme donde vive el Mago Londrino?
Hombre: (Acento vasco) ¡Hummmm! ¿Vas en coche?
Juancho: ¿En coche?, ¿Qué es encoche?
Hombre: Pues..., ¿Me parece que vas andando, no? Bien, pues atento, vas todo recto hasta la fuente que llaman Fuensana.
Juancho: A sí, la conozco.
Hombre: y dime muchacho, ¿Cómo te llamas?
Juancho: Juancho.
Hombre: Juancho, Juancho, oye que Juancho me suena como a lagarto, no.
Juancho: Ya.
Hombre: Pues eso, allí bebes agua hasta hartarte.
Juancho: Hasta hartarme.
Hombre: Sí, y vuelves aquí porque la subidita tiene su gracia, vaya que sí, es entonces y una vez echo esto, subes hasta aquella colina, hasta arriba del todo, a lo mas alto.
Juancho: ¿A lo mas alto?
Hombre: Sí, y tienes que cruzar las S.S.
Juancho: Las S.S.
Hombre: Sí.
Juancho: Suena mal, no.
Hombre: Bueno la Senda de las Sombras no es tan tan mala como dicen, que va (hacia el público) pobrecillo. En fin lo que no tienes que hacer nunca, es fiarte de lo que veas, ni de lo que oigas, nunca, ji, ji, ji... Pobrecillo, pobrecillo. (Se va, y se abre la ventana de Miranda)
Miranda: ¡Pero todavía estas aquí!, tienes que irte ya, no puedes demorar el viaje, el tiempo, el tiempo no para. (Juancho se va en la dirección de la fuente) Pero hombre, ¿Donde vas?
Juancho: Pues a la...
Papi: No se va por ahí, por ahí. ¡Hay! Yo creo que este hijo mío no vale para nada. No sé, no sé.
Juancho: Ya pero... (El padre cierra la ventana) a la, allá voy. Tengo que avisar a mi amada que he de ausentarme, ya, ¿Pero donde podré encontrarla? Tengo que caminar lejos y deprisa y he de partir. Ya no tengo tiempo de buscarla, en fin, (Que casualidad, se da la vuelta y...) ¡eh! Vaya, hola amada mía.
Amada: Hola, amado mío.
Juancho: Veras, tengo que partir a tierras lejanas en busca de... bueno, mi padre no me lo ha dicho claramente, pero he de ir a casa de un mago. No sé, presiento que cuando regrese podré ofrecerte una vida mejor, pero no sé cuando volveré. ¿Me esperaras?
Amada: Pues claro, aquí estaré esperando vuestra vuelta, día tras día, y mi corazón ansía el día que volváis victorioso.
Juancho: Puede ser que no vuelva nunca, y vuestra espera será una cruz muy dura de llevar.
Amada: No hay mal que cien años dure. Tarde o temprano yo sé que seré vuestra, y a la vez vos me perteneceréis a mí, aunque sea en otra vida y en otro mundo. Tomar este pañuelo y llevarlo siempre en prende de mi amor. (Se acercan para besarse)
Ogro off: ¡Pamplinas! Esto no lo aguanto y ahora se besan! Pero que horterada.
Duende off: Pero... ¡¿Quieres callarte?!
Ogro off: (Resignado) Vale.

 
   

"TRACA QUE TRACA TRAS LA PETACA"

ESCENA VI


Puk: ¿Dónde vas? ji, ji, ji.
Juancho: ¿Que?
Puk: ¿Dónde vas?, ji ,ji, ji.
Juancho: No te escondas rata inmunda, ya te daré yo risitas (Con la espada desenvainada)
Puk: A la, ya estas sacando la espada, ¿pero no te han dicho que no hay que sacarla cada vez que te ciega la locura?
Juancho: ¿Cómo sabes lo que dijo mi padre?
Puk: ¡Ah! es que yo soy un duendecillo del bosque, y hasta aquí llegan todos y cada uno de los buenos consejos, que en el mundo se dan.
Juancho: ¡Ah! que tontería, yo nunca había oído hablar de semejante sandez.
Puk: Eso es porque estáis sordo, o a lo mejor... algo peor.
Juancho: ¿Algo peor?
Puk: Sí, que no estáis sordo, y no queréis oír.
Juancho: Duendecillo, duendecillo, no me toques la moral que ya la tengo bastante chamuscadita.
Puk: ¿Dónde vais? si puede saberse.
Juancho: Voy a cruzar la Senda de las Sombras.
Puk: Ji, ji, ji...
Juancho: ¿De que os reís?
Puk: Ji, ji, ji, no de nada en particular, lo que ocurre que así, nunca podrás salir, entrar sí pero salir no, nunca, nunca a salido nadie como tu, bueno, nunca ha salido nadie que yo recuerde, y tengo tres y uno cuatro, me llevo siete, veintitrés y.... unos 158 años.
Juancho: ¿A no?
Puk: No, y menos sin amuleto.
Juancho: ¿De que amuleto me estas hablando?
Puk: Del amuleto Verde de la Sabiduría.
Juancho: ¿Del amuleto Verde de la Sabiduría?
Puk: Sí, del amuleto Verde de la Sabiduría.
Juancho: ¡Ah!
Puk: Pero tienes que conseguirlo, no se puede vender ni regalar.
Juancho: ¿Y como puedo conseguir ese amuleto?
Puk: Adivinando un acertijo.
Juancho: Pues adelante con él.
Puk: Bien, ahí va. "Si la tienes tu la buscas, si no la tienes ni la buscas ni la quieres"
Juancho: Va esa es fácil, es la pulga.
Puk: Pues sí.
Juancho: Ahora dame ese amuleto, me lo he ganado.
Puk: No.
Juancho: ¡Cómo que no!, dijiste que si lo acertaba me darías el amuleto Verde de la Sabiduría.
Puk: Sí, lo dije, pero tu dijiste que este es fácil.
Juancho: Sí, pero...
Puk: Nada, tendrás que acertar otro.
Juancho: Como que otro, eres un embustero.
Puk: No, yo soy Puk, un duende travieso, además, así aprenderás a tener la boca cerrada. ¡Bocazas!
Juancho: ¡Uff! vale, vale, venga, vamos con otro, pero después...
Puk: Síííí, sí no te preocupes. Este es difícil, muy difícil. Pero antes dime, ¿Cual es tu nombre?
Juancho: Juancho.
Puk: Ji, ji, ji, pero si tienes nombre de lagarto, pero que ridi.
Juancho: ¡Brrrr! vamos, suelta de una vez el acertijo.
Puk: "¿Quién en lo alto / en las ramas mora / y allí esconde avara / todo lo que roba?"
Juancho: Pues, pues... ummm.
Puk: No lo sabe, no lo sabe... chincha, rabia, no lo sabes, no lo sabes, no lo sabes.
Juancho: Acaso es... ¿La ardilla?
Puk: ¡Maldición!
Juancho: Pues venga ese amuleto.
Puk: Toma, además tenía que dártelo de todas las maneras.
Juancho: Sí, ¿Por qué?
Puk: Porque habías acertado la primera adivinanza, y Overón me obliga a ello, que sino...
Juancho: Ya. Anda. mira, ¿Cómo es que el Amuleto Verde de la Sabiduría, es rojo?
Puk: Pues... vete tú a saber, son cosas mágicas y... estas cosas ya se sabe, no tienen una explicación racional.
Juancho: ¡Ah! Entonces adiós chaval.
Puk: Espera, este es fuera de concurso, a que no lo aciertas.
Juancho: Prueba.
Puk: "¿Quién es un viejo ligero que es de 4 movimientos, puesto en 12 cimientos, que a cualquier pasajero da mas penas que contentos?"
Juancho: ¿El año?
Puk: ¡Cachis! Y... "¿Quién tiene dientes y no come / tiene barbas y no es hombre / ¿A qué no aciertas su nombre?"
Juancho: El ajo.
Puk: ¡Jo! "¿3 cántaros llenos, de que pesan menos?"
Juancho: De agujeros.
Puk: "Adivina, adivinanza, que tiene el rey en la panza".
Juancho: El ombligo.
Puk: ¡Demonios sapos y culebras! "Muy chiquitito, chiquitito, pone fin a lo escrito".
Juancho: (Desde bambalinas) el punto.
Puk:¡¡¡Ag!!! que tipo. Odio, odio, odio a Peter Pan.

 
   

"ZE SE LEVANTA."

ESCENA VII

(Se abre la ventana derecha, la posada)

(Se abre la ventana derecha, la posada)
Posadero: ¿Buenos días, desea desayunar?
Ze: Llega tarde su invitación, pues ya me he servido yo mismo.
Posadero: ¡Ah!
Ze: He de partir de inmediato, guardarme la habitación, mañana estaré de vuelta, ¡ah! y no quiero ajos en las ventanas, ni encima de la cama, ni en el armario, no quiero ajos, me costo mucho trabajo tirarlos.
Posadero: Es para librarle de vampiros, porque hay una leyenda que...
Ze: Ya, ya la conozco, pero huelen mal.
Posadero: No más, como quiera el señor, es el que paga, asín que haga lo que quiera.

 
   

"ZE CAMINA"

ESCENA VIII


Ze: Este posadero ya me esta cansando, me parece que lo voy a convertir en lagarto, y luego me lo como con patatas, no, mejor a la plancha, eso a la plancha, je, pero que malo soy, y lo que me gusta, ¿Qué?
Amada: Buenos días caballero.
Ze: ¿Quién sois vos? y ¿Por qué os dirigís a mí?
Amada: Perdone, no sé, os vi así de frente, y tengo los ojos llenos de lagrimas, pues mi amado a partido no sé dónde, todo p'alla, en busca de un mago, y...
Ze: De que mago.
Amada: No sé, de un mago, y se dirigió a la Senda de las Momias, y no sé, puede que no pueda cruzarla nunca.
Ze: Sí, puede ser.
Amada: ¡Ah! (llora y se va.)
Ze: Vaya, vaya, entonces no estoy lejos, y además tengo guía, que gracia, solo tengo que seguir sus pasos y me llevara hasta el Libro, ja ja ja.

 
   

"ESTO NO ES ASÍ"

ESCENA IX


Puk: ¿Dónde vas? Ji ji ji.
Ze: ¿Qué?
Puk: ¿Dónde vas?
Ze: No te escondas rata inmunda ya te daré yo risitas (con la espada desenvainada)
Puk: A la ya estas sacando la espada, pero no te han dicho que no hay que sacarla cada vez que te ciega la locura.
Ze: Yo la saco cuando me da la gana.
Puk: ¡Ah! es que yo soy un duendecillo del bosque, y hasta aquí llegan to... dos y cada una... no, no y no, esto esta mal, no es así, llevo haciéndolo ya 97 años, y esto no es así, no señor, tu tienes que decir "como sabes lo que me dijo mi padre" después de que yo te diga eso de que te ciega la locura, ¡¿Comprendes?!, lo dice todo el mundo, ¡leñe!
Ze: Pues yo no.
Puk: ¿Tu no?
Ze: ¡Yo no!
Puk: Y no querrás adivinar un acertijo ¿Verdad?
Ze: No.
Puk: Antipático.
Ze: A que te desmonto.
Puk: Yo creo que este es un buen momento para hacer FUN.
Ze: ¿Hacer FUN?
Puk: Sí, Fuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuun (A la vez que se va)
Ze: Va, duendes.
Puk: (Vuelve) Simple, que eres un simple, Fuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuun (Se va.)
Ze: ¡Aaaaaaaajjjjjjjj! (Se va Ze y se oye en off)
Puk off: Vaya día, un sabiondo y un demonio demasiado antipático, ¡Jo! y todavía no ha terminado el día, espero que los coma la esfinge, por antipáticos.

 
   

"TO PA LANTE"

ESCENA X


Juancho:¡Jopé! ¿Qué será esto?
Voz: La gruta de los sordos.
Juancho: ¿Por qué lo llaman así?
Voz: ¿Y quien lo quiere saber, un hombre o un borrico?
Juancho: Da la cara, exijo una satisfacción (La voz se ríe, con ganas) Jopé, otro que se ríe.
Voz: Una satisfacción a quien, es que hay algún caballero aquí, o tal vez un rufián.
Juancho: ¡Cobarde!, ¿Dónde te escondes? ¡Contesta! ¿Dónde estas?
Miranda off: Nunca salgas de la senda, valor, no toques la roca.
Voz: ¡Tu padre es un borracho y tu madre es una perra!
Juancho: (Mirando a su espada) Dame valor para enfrentarme a la nada (mira al techo) ¿Cómo puedo luchar con algo que no puedo tocar?
Voz: Tu amada te ha abandonado, y ya esta haciendo cosas prohibidas con otro.
Juancho: ¡No!
Voz: ¡Sí!, si fueras valiente saltarías del camino y vendrías a por mí, pero claro, que se va a esperar de un cabeza buque como tú ¿Donde vas escoria?
Juancho: El dolor no existe, el camino, el camino (camina un poquito) soy uno con el universo, el dolor no existe.
Voz: ¡Cobarde!, ¡nena!, ¿Dónde vas?, ¡gallina!, po po po.
Juancho: Mmmmmm, (después de otro poquito) no si al final esto es fácil, pero hasta que le coges el truquillo, ¡jolín!, anda y estas estatuillas, hombre, si tienen instrucciones.
Voz: ¿Y tú como lo sabes?
Juancho: (Con retintín) Porque lo pone aquí. Ins-truc-ci-o-nes. Que se habrá creído esa vocecita, que no sé leer, ummmm, vamos a ver que esto es coser y cantar: "No debes mirar atrás, aquel que duda en sus pasos, aquel que titubee y aquel que no sea puro de corazón, será convertido en tierra, para que de este modo sea simiente de otra vida". ¡Jopé!, que me convierten en abono. "Este mensaje sé autodestruirá después de que pase el primero". ¡El primero! ósea que todavía no ha... (Un ruido) ¡Jopé!, me mira a mí. "Posdata: no se puede dar la vuelta una vez leídas estas instrucciones". ¡Jopé!, no me lo podían haber dicho antes, esto de ser el héroe de la historia tiene su riesgo.
Miranda off: Sigue el camino, nunca, nunca salgas de la senda, ten valor.
Juancho: Ya voy, solo estoy pensando, concentración, que se llama.
Papi off: Ten valor.
Juancho: Ten valor, ten valor. (esto con retintín) es sencillo hablar desde donde estés, pero estos malos bichos tienen cara de pocos amigos. Hola, ¿Qué tal? je je je, yo bien, veras yo paso de paso, dicho sea de paso, y voy a pasar despacito, un pie y luego otro, y nuevamente otro (Un ruido) uhy, uhy, anda mira, si ya estoy en el medio, ahora doy un pasito más, y otro, y otro y me voy, me voy (desde las bambalinas) me he ido. (Y tras un breve silencio, un ruido fuerte) ¡Jopé! (explosiones, petardos y humo por todos lados, las estatuas se rompen)

 
   

"VOCECITAS A MÍ, NO TE DIGO"

ESCENA XI

(entra Ze)
Voz: (Con la boca llena) Otro, no me dejan ni comer el bocata, ¡oye tú!
Ze: ¿Qué?
Voz: ¡Que tu padre es un borracho y tu madre es una perra¡, guau, guau
Ze: Ya lo sé.
Voz: ¡¿Eh?! Tu... tu amada te ha abandonado y ya esta haciendo cosas prohibidas con otro, vamos, que se lo esta pasando bomba.
Ze: Mira tu que bien.
Voz: ¡¿Eh?! Tu padre era...
Ze: Mira voz mira, mira que como sigas por ese camino...
Voz: Y además...
Ze: A tomar por culo (tira de un cable y saltan chispas y un poco de humo, Ze se adelanta hasta las esfinges.) ¡Ag! no puede ser ese cabeza buque ha conseguido pasar también esta última puerta, caray, y pensar que era la que más temía yo, ja ja ja pobre, pobre hombre, acabaré con él, acabaré con el mundo, con la vida, y mi séquito reinara para esclavizar a los que queden. Bueno en todo caso... siempre me quedará la política (Ze sale por la izquierda y entra un enano feo que es la voz.)
Voz: Pero que tipo, me ha roto el sistema de megafonía, ahora como le digo yo a Overón que me dé más dinero, ¡Ah!, ya sé, pediré una subvención a la Diputación. ¡Ah! ¡las Esfinges! Uhy, uhy, también están rotas, no sé, creo que la subvención no va a llegar pa todo, no sé si va a llegar ni para comprar una escoba, porque mira que han dejado esto hecho un asco, brrr, como se va a poner Overón ¿Quien será el listo que se lo cuenta? ¡Oh! Me temo que voy a tener que ser yo (ya fuera) Bah... le enviaré un fax.
 
   

"ANDA MIRA, EL CASTILLO"

ESCENA XII


Juancho:(Entra arrastrándose el personaje de Juancho encarnado por un actor.) Uhy, que cuestecilla mas complicada, casi no puedo con el alma, donde estará ese castillo dichoso que no lo veo. Uff, (se levanta y se pone de espaldas al castillo, un silencio) ¿Alguien puede decirme por donde se va al castillo del mago Londrino? (Un silencio) ¿Alguien puede decirme por donde se va al castillo del Mago Londrino? (público) ¿Qué me querrán decir? vamos, decidlo claro (otro silencio, se gira y da un salto) ahí va, que guay, que castillo más bonito, bueno habrá que llamar al mago; Mago, Mago (Pero el mago no contesta, aquí el actor improvisa con el público)
Todos: ¡MAGO!
Juancho: Estará durmiendo.
Mago: Pum, pum, ¿Quien es?
Juancho: Yo.
Mago: Cierra la muralla.
Juancho: ¡Eh! este mago esta poco cuerdo, que es como decir que esta como una chota ¡¡¡Mago!!!
Mago: Pum pum, ¿Quien es?
Juancho: La mariposa y el ciempiés, no te digo.
Mago: Abre la muralla (Se abre la puerta y sube la verja con un puñado de ruido)
Juancho: Ahí va, este mago esta tronao, ¿Cómo le habrá dado ahora por abrir?
Mago: Entra de una vez o cierro (Otra vez un puñado de ruido cuando se cierra)
Juancho: Ya voy.
Juancho: (Ahora entra en acción otra vez la marioneta de Juancho), Hola, que vista más chachi. (En una almena.)
Mago: ¿Pero donde estás? (Se abre el telón.)
Juancho: Aquí.
Mago: Pues baja calamidad.
Juancho: ¿A donde?
Mago: Aquí.
Juancho: Si ya estoy aquí.
Mago: Como suba te bajo.
Juancho: Mientras no me subas cuando baje, je je.
Mago: ¡A que voy!
Juancho: Ya bajo, hay que ver que mago más poco enrollado.
Ze: Jaaaaaa, vaya, así que este es el castillo del mago ese. Esperare a la noche cuando mi fuerza sea aun más grande y estén las baterías bien llenas, entonces, por sorpresa atacare, y le destrozare, y me los comeré, y y y ¡ñan!, ¡pero que malo soy!, y lo que me gusta, que, ¡¿Eh?!

 
   

"LA PROMESA"

ESCENA XIII


Mago:¿Quien eres tú?
Juancho: (Con orgullo) Yo soy Juancho, hijo de Miranda.
Mago: Juancho, Juancho, ja ja ja, te habían dicho ya que tienes nombre de lagarto.
Juancho: Brrrr.
Mago: Ya hace tiempo conocí a...
Juancho: Brrrr. bueno, ¡basta ya! como pille al guionista le... le... no me podía haber puesto otro nombre leñe, no... tenia que ser Juancho, pero donde se ha visto a un héroe que se llame Juancho, no sé... Batman, Superman, Mortadelo, ¡pero Juancho! ¡tiene pitorreo!
Mago: Perdona que te interrumpa, podemos continuar con la representación o lo dejamos para mañana.
Juancho: Perdona es que llevo toda la obra así, todo el mundo se ríe de mí, y compréndeme, no puedo más.
Mago: No si yo lo comprendo todo, pero si te parece ¿Seguimos?
Juancho: Vale, vale, venga dale.
Mago: Sí. Hace ya tiempo que conocí a otro Juancho, era uno de los caballeros de Arturo, tal vez el más valiente que honro la tabla redonda, aunque injustamente la historia no lo nombra, lo cierto es que era el más fuerte y valioso de todos, que se le va a hacer.
Juancho: (Le enseña la espada.)
Mago: Hombre tenias que haber empezado por ahí, mira que los forasteros sois raros.
Juancho: ¿Yo raro?
Mago: Sí, tu raro
Juancho: La cuestión es que mi padre me dijo que...
Mago: Ya sé lo que tu padre te dijo, ha cumplido su promesa.
Juancho: ¿Qué promesa?
Mago: Hace ya mucho tiempo, cuando tu padre era un apuesto e intrépido caballero al servicio de Arturo, juro sobre Excálibur que cuando fuera preciso, sin importar el tiempo ni el lugar, siempre estaría dispuesto a luchar contra el mal, y en caso que el mismo no pudiera, su estirpe, su sangre, harán suya esta promesa y la defenderán aunque sea con la vida. Me temo que hoy es ese día, no sé, siento unos escalofríos fríos así como que me suben y me bajan, que no sé, me recuerda a algo, a la presencia de alguien.
Juancho: ¿A quien?
Mago: A Zenón de Ze. (truenos y ruidos raros.)
Juancho: ¡Cachis!, que me cago.
Mago: No hay tiempo de hacer esas funciones biológicas, pronto anochecerá y entonces hay que estar preparados, anda Juanchito ve hasta la almena sur y tráeme la Caja Roja.
Juancho: ¿Donde?
Mago: A la almena sur, la de la izquierda.
Juancho: ¿Me das la llave?
Mago: La llave, la llave, coge un cacho de hierro y hazla con los dientes.
Juancho: Brrrr.
Mago: Vamos hombre, que esta la puerta abierta.
Juancho: ¡Ah! ya ya ya.
Mago: En fin, pero que paradito es este chico.

 
   

"¿QUIEN SOY?"

ESCENA XIV


Juancho:(Se abre la ventana de la almena sur) Una caja roja, pero será posible, pues mira que estoy yo hecho un defensor de la justicia, en las historias de aventuras siempre le hacen caso al héroe, y no le toman el pelo como a mí. ¿Y si resulta que no soy el héroe? ¿eh?. Jopé en fin, que se le va a hacer. Una caja roja, no veo nada de nada en este desorden. Pero será posible, en esta historia tengo que ser yo el héroe, sin duda ¿Sino quien?. ¿El Mago? no que va, ¿Puk? no, ha salido poco, y si es ¿Ze? no, el malo no puede ser el héroe, sería contradictorio, aunque espera, que con esto de las nuevas tendencias, no sé yo, el surrealismo, el cubismo, los políticos son buena gente, el metateatro, vete tú a saber. En fin buscare esa dichosa Caja Roja, y ya será lo que tenga que ser.

 
   

"ESCONDIENDO EL LIBRO"

ESCENA XV


Mago: Guardare bien el libro para que no lo coja ese desalmado, lo meteré en la caja conjurada por el mismísimo Arámix, y sino sabes las palabras mágicas no se abre, no señor, no se abre. Voy a probar, veamos si va bien. Ummm, ¡Abracadabra!. Nada, haber...¡Acunamatata!. Nada, a ver: ¡abulumba, bumba bu! je je je. Nada, pues bien ahora voy con la que vale ¡Cachis, Ábrete! (se abre) je je je, mira que tiene años y va como la seda (Guarda el libro) ¡Cachis, Ciérrate! pero que bueno soy. Lo que sí puede que necesite es un poco de aceite, porque ruge como un león.

 
   

"ZE – 1, MAGO – 0 "

ESCENA XVI

(Una explosión de un petardo gordo y una puerta atraviesa la escena)
Ze: Jaaaaa, bueno, mago Londrino y ahora... ¿Qué?
Mago: ¡Cáspita!, ¿Ya se ha hecho de noche? ¿Dónde estará ese chico?
Juancho off: ¡¿Dónde leñe habrá metido el mago ese, la dichosa cajita puñetera?!
Ze: Jaaa, que atajo de inútiles, y vosotros queréis vencerme a mí, al más poderoso entre los poderosos, ja ja ja y más ja.
Mago: No puedes infravalorarme, sabes que soy el mago con mas poderes del mundo.
Ze: Y que haces juegos de cartas.
Mago: ¿Tengo que ganarme la vida, no?, pero ten cuidado, puedo desparticularte.
Ze: Sí, pues pruébalo.
Mago: No me tientes, no me tientes que...
Ze: (Gritando) ¡Vamos! ¿A que esperas?
Mago: Muy bien, tú te lo has buscado.
Ze: Ja ja ja, y más ja.
Mago: Au au au au.
Ze: Ung (Lanza al mago lejos) je je je.
Mago: Au au au.
Ze: Uny (Y saca al mago de escena) je je je, ¿Esto es todo lo que puedes hacer?, vaya.
Mago: Ay ay ayyyyyy y más ay.
Ze: Ahora voy yo ¡Amagatu estatun! (Echando humo por la mano convierte al mago en hielo) ja ja ja, que cubito de hielo mas bonito ¡Mago de pacotilla! Um, está caja está conjurada por el mismísimo Arámix, ese sí que era un gran druida y mago, y no este. Tendré que emplearme a fondo (Un silencio) ¡Erra lui maestátum. Date in salum mas batallas alma satun est, est mia sangre!. ¡Erra in corpore mortira! ¡Erra in corpore mortira! ¡¡Erra in corpore mortira!! ¡¡¡Erra in corpore mortira!!! (La caja arde con mucho, pero que con mucho humo.) ¡Agfggg! me ha costado pero ha está, por fin ya tengo el libro, y ahora soy eterno, dominare el mundo a mi capricho, pobres mortales.

 
   

"TOMA DE TU MEDICINA"

ESCENA XVII


Juancho: Ya encontré esta dichosa caja roja, aunque no sé, pero es mas bien, ver... de.
Ze: Sí que bien, has llegado un poco tarde ¿No te parece chaval?
Juancho: ¡Eh! (traga saliva.)
Ze: Mira que bien otro cubito de hielo, y con este son dos, la parejita.
Juancho: Te crees muy valiente.
Ze: Pues sí, acaso lo dudáis escarabajo.
Juancho: Hombre, la verdad, no sé pero meterte con alguien como yo, o como el mago ese es fácil, no tiene mérito.
Ze: ¿Que insinúas?
Juancho: Eso de convertir al mago en hielo es fácil, y no quiero desmerecer su... su... vamos, su valía, que va, nada mas lejos de mi intención.
Ze: Al grano, ¿Qué quieres decir?
Juancho: ¡Bah...! No seréis capaz.
Ze: ¡¿Cómo que no?!
Juancho: Como que no.
Ze: ¡¡¡¿Cómo que no!!?!
Juancho: Sois poco poderoso.
Ze: ¡A que te desmonto! habla de una vez, me estás cabreando.
Juancho: No sé, eso de convertir en hielo a otro es fácil, se lo he visto hacer al demonio... como lo llamo, espera... Pujol, eso, el demonio Pujol.
Ze: Mi paciencia esta acabándose, termina de una vez.
Juancho: Pues era capaz de convertirse el mismo en hielo, y me dijo que...
Ze:¡ Basta ya!, Pujol, Pujol, ese demonio de pacotilla, es un simple aprendiz de vampiro, yo soy el gran Zenón de Ze, el señor de las bestias, y nada hay en este mundo que yo el hijo de Belcebú no pueda hacer, al loro cantimploro, ¡Amagatu estátum! (Echando humo por la mano se convierte en hielo)
Juancho: Pero será idiota, todo lo que tiene de malo lo tiene de tonto (dirigiéndose a Ze) y ahora quien te descongela, ¿eh?, tontorrón, habrá que llevarlo a un lugar fresco... a ver si se va a descongelar y la vamos a liar. a la, a la mazmorra, allí estarás fresquito toda la eternidad. Ahí va, no me había dado cuenta, yo voy a ser el héroe de esta historia (se gira y no hay nadie) no hay nadie más, que guay.

 
   

"E S L I T B A I S"

ESCENA XVIII


Duende:¿Qué tal? ¿Te ha gustado o no?
Ogro: Sí, no ha estado mal, no, nada mal.
Duende: Bocazas, que eres un bocazas, en fin, en esa mazmorra se escondió a Zenón de Ze y paso mucho, mucho tiempo antes que por el descuido de una bella doncella, volviera a la vida.
Ogro: ¿Sí? se escapo.
Duende: Pues sí, pero bueno, eso será otra historia. Eslitbais.

 
 
Fin

 
   
Tu opinión
Puedes aportar tu opinión de lo que has leído, con completa libertad; luego yo..., haré lo que me parezca, pero lo que sí quiero que sepas, que lo que digas será leído y tenido en cuenta. Gracias por anticipado.
 
     
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